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Palacio de Invierno de los zares en San Petersburgo. Actualmente es el museo Hermitage. Desde el balcón, Catalina fue reconocida como emperatriz por el pueblo ruso que se había concentrado en la plaza |
Con tan sólo diecisiete años, la recién bautizada por la ortodoxia rusa,
Catalina, se prometía para el resto de sus días con Pedro, el heredero al trono del imperio ruso.
Catalina vivía envuelta en la opulencia, rodeaba de cortesanos y damas de honor, asistía a fiestas y bailes, esta era la vida de la gran duquesa, título adquirido por ser la prometida del gran duque Pedro.