Calipatira, la primera mujer que participó en una Olimpiada

Hoy se enciende la llama olímpica en el Templo de Hera para iniciar su recorrido, que le llevará el próximo 27 de julio a la ciudad de Londres y dar inicio a los Juegos Olímpicos 2012. La celebración de las olimpiadas es bien conocida mundialmente desde que Pierre de Coubertin fundara los Juegos Olímpicos modernos, pero lo que mucha gente no sabe es que olimpiada en realidad era el período de tiempo de cuatro años que transcurría entre cada una de las celebraciones, es decir, tomando el sentido originario era una unidad de tiempo en la Grecia Clásica desde el año 776 a.C. Los juegos olímpicos clásicos se celebraron hasta el año 393 d.C. cuando el Emperador Teodosio decidió prohibirlos.



Otra curiosidad histórica relacionada con los juegos concierne a la primera mujer que los presenció. Fue la ateniense Calipatira quien vivió a mediados del s. V a.C. Hija del célebre atleta Diágoras tuvo dos hijos de su matrimonio. El pequeño de sus hijos, Pisidoro, debía convertirse también en un gran atleta y participar en los juegos olímpicos. Su madre cegada de amor y segura de la victoria de su hijo decidió ir a verlo y celebrar su victoria. Cabe recordar que en los Juegos Olímpicos Clásicos las mujeres tenían prohibida la entrada bajo pena de muerte, pero esa ley, que condenaba a la mujer que  la infligiera a morir despeñándola por el monte Tipeo, no contuvo la voluntad de Calipatira. Se disfrazó de maestro de esgrima y acudió. Consiguió ver lo que deseaba y Pisidoro, tal y como ella había supuesto, ganó y fue el gran triunfador de aquellos juegos. La emoción irrefrenable dominó a la ateniense quien salió corriendo en busca de su hijo, pero desgraciadamente su vestido se enganchó y ella quedó desnuda ante todos los presentes descubriendo así su engaño.

Aplicando la ley ella debía ser condenada a muerte, sin embargo, en memoria a su padre y por el reconocimiento a su hijo las autoridades decidieron perdonarle la vida. Este hecho trajo cambios relevantes en las celebraciones posteriores de la época clásica como la obligación participar en los juegos olímpicos desnudos para que nadie tuviera la tentación de hacer lo que Calipatira hizo por el amor que sentía por su hijo.