domingo, 6 de mayo de 2012

Hoy hace 75 años del incendio del dirigible Hindenburg




El 6 de mayo de 1937 se produjo el terrible accidente del dirigible Hindenburg en el que murieron 36 personas, 13 pasajeros y 22 miembros de la tripulación y una persona de la tripulación de tierra. 

El dirigible tenía que aterrizar en la base de Nueva Jersey en condiciones climáticas adversas. A pesar de las dificultades casi lo consiguió, todo parecía ir bien hasta que un incendio se originó en la popa de la aeronave y éste se consumió en menos de un minuto provocando la muerte de 36 personas. Ese día no acabó únicamente con las víctimas, sino también con la era de un medio de transporte que se había convertido en el orgullo de los dirigentes de la Alemania Nazi. Aunque continuaron volando por un breve período de tiempo más, muy pronto estos barcos del aire dejaron de volar desapareciendo, no sabemos si para siempre, de los cielos de nuestro planeta.


El retorno de los herederos de los antiguos zeppelines parece próximo gracias a la convergencia de varios factores que contribuyen a que pronto nuestros cielos vuelvan a ser ocupados por ellos. Desde el punto de vista de la seguridad cabe decir que ahora los ingenieros han sustituido el hidrógeno, muy inflamable, por el helio. Por otra parte, se trata de aeronaves muy ligeras por lo que necesitan poco combustible para despegar, además no contaminan y en un contexto de crisis económica y energética como el actual pueden tener un papel importante en el transporte de mercancías. A parte de las virtudes ya mencionadas sobresale su capacidad para aterrizar en más lugares que cualquier otra aeronave, pero en su contra tiene que se trata de un modo de transporte muy lento, aunque gracias a su tamaño pueden llegar a transportar hasta 500 toneladas de mercancía.

El P-791 creado por Lockhead Martin es el dirigible más grande del mundo

Parece confirmarse ese retorno, porque Lockhead Martin, un contratista militar americano, no creyó en el fin de los dirigibles y en 2006 puso en marcha un proyecto que lo ha llevado a construir el dirigible más grande del mundo el P-791 (foto anterior), que puede tener un uso muy interesante para el transporte de mercancías, aunque difícilmente se transportarán pasajeros, para ello, los románticos de la elegancia de los dirigibles deberán esperar o conformarse con volar en ellos en alguno de los muchos parques de atracciones que tengan zeppelin.
  






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