Alexander Solzhenitzyn en el GULAG |
Leningrado, agosto de 1973. Elisabeth Boroionskaia está siendo interrogada en los calabozos del KGB. Tras cinco días y cinco noches de interrogatorios con la lengua pastosa, los labios hinchados, los ojos en llamas, sedienta y hambrienta se derrumba y confiesa la existencia de un manuscrito secreto que está en casa de un amigo. La policía secreta libera a Elisabeth y ésta se dirige a su casa de la calle Romanskaya siendo encontrada unos días después ahorcada, el manuscrito secreto está en manos del KGB. Cuatro meses después el manuscrito es publicado en París y se convierte en el mayor éxito editorial del siglo XX. Occidente conoció la siniestra realidad de los campos de trabajo soviéticos donde decenas de millones personas dejaron su último aliento trabajando como esclavos, torturados y hambrientos. La obra se publicó con el nombre de Archipiélago Gulag donde su autor, Alexander Solzhenitzyn, nos describe la amplitud del sistema de campos que funcionaba en la Unión Soviética del cual él fue víctima también, habiendo conseguido sobrevivir 8 años en varios de esos campos.
Pero lo interesante de esta historia es saber cómo un solo hombre consiguió vencer a toda una organización represiva, bien organizada y con recursos casi ilimitados, enviar los manuscritos a occidente y convertir su libro en la gran bomba editorial del momento, pero también en uno de los libros más importantes del siglo XX. En este artículo descubriremos que Solzhenitzyn tuvo que utilizar los mismos sistemas y estrategias conspirativas de las que era víctima. También descubriremos que no estuvo solo y que gracias a la ayuda de otras personas, víctimas también en su mayoría del sistema represivo del Estado Soviético, formaron el grupo secreto de Archipiélago Gulag, el grupo secreto de Alexander Solshenitzyn.
Dada la amplitud del tema este artículo se publicará en dos partes. La de hoy abarcará los comienzos, cómo se gestó la idea en la mente de Solzhenitzyn y hablaremos también de las primeras publicaciones que lo llevaron a escribir en secreto su gran obra, Archipiélago Gulag. En la segunda parte, narraremos los momentos culminantes hasta llegar la publicación en París del libro. Explicaremos también cómo el proyecto estuvo a punto de fracasar y cómo los héroes del grupo secreto de Archipiélago Gulag, así como el autor arriesgaron sus vidas por un ideal, por un objetivo que consideraron más importante que lo que uno más aprecia, un ideal que no era otra más que contar la verdad de la barbarie del sistema comunista soviético.
Todo empezó en febrero de 1945 cuando la policía secreta confiscó unas cartas comprometedoras de Solzhenitzyn, entonces un joven oficial del ejército rojo luchando en el frente oriental de la Gran Guerra Patria, como la llaman los rusos, La Segunda Guerra Mundial para nosotros. En sus cartas dirigidas a un amigo ponía en duda la competencia militar de Stalin el "Zar Rojo". La policía secreta confiscó las cartas y Solzhenitzyn acabó siendo juzgado y condenado a 8 años de prisión en los campos de "Glavnoye Upravlienye Laguerei, GULAG por sus siglas (Dirección General de Campos de Trabajo). Una vez finalizada la condena y en pleno destierro soviético, Solzhenitzyn consigue publicar a finales de 1962 Un día en la vida de Iván Denísovich, novela en la que el autor nos relata la vida de un reo durante un día en un campo del GULAG, en este caso el de su protagonista, Iván Denísovich. La publicación fue posible gracias a que tras la muerte de Stalin, Nikita Jruschov se convirtió en el líder del partido e inició una política conocida como el deshielo en la que denunciaba los abusos que Stalin había ejercido sobre la población soviética. En este contexto Un día en la Vida de Iván Denísovich era un relato de un testimonio y superviviente de esos siniestros campos lo que contribuía a fortalecer la política del nuevo dirigente. Sin embargo y en palabras del mismo Solzhenitzyn
"estaba contento con el texto, narraba correctamente la atmósfera del campo, pero no explicaba nada de los arrestos, de las instrucciones sumariales en las que era frecuente la tortura, de las ejecuciones,..."
Nikita Jruschov |
y ciertamente no había nada de eso en su reciente éxito editorial. Por otra parte, el autor tenía un objetivo que era explicar la verdad de los campos, por lo que no se sintió satisfecho con Un día en la vida de Iván Denísovich, así que comenzó con la preparación de su proyecto, Archipiélago Gulag. En 1958 tenía clara la estructura del libro, sus capítulos y los temas que debía desarrollar, pero entonces advirtió que no podía continuar sin la ayuda de otras personas, de otras experiencias, ya que la suya era poca para lo que tenía que explicar. El éxito que tuvo en la Unión Soviética la publicación de Un día en vida de Iván Denísovich contribuyó a que muchas de las víctimas que poblaban la Unión Soviética le enviaran cartas explicando sus experiencias confiadas por la reciente apertura del régimen soviético. Fueron miles las cartas que recibió, así que ya tenía el material que necesitaba para empezar a escribir. Una de esas cartas fue enviada por Nadia Levistkaia y Natalia Milevna, dos mujeres que habían sobrevivido al GULAG y que le propusieron ayudarle con su trabajo. La dramática, pero conmovedora carta de las mujeres despertó la curiosidad del escritor lo que motivó que quisiera conocerlas. Fue así como crearon el grupo, que Solzhenitzyn denominó "los invisibles" al cual también se unió Elena Tchukovskaia "Liucha" convirtiéndose las tres, en piezas clave en la elaboración de Archipiélago Gulag. Trabajaron mucho durante 1963 y 1964 época en la que los progresos con el libro fueron notables, pero ese año Nikita Jruschov fue destituido pasando a controlar el partido Leonid Brézhnev dando por finalizada la corta etapa de relativa flexibilidad que con Jruschov experimentó la sociedad soviética.
Yuri Andrópov pasó a controlar el KGB y la nueva política del partido presionó a los escritores, intelectuales y artistas sospechosos de no ser buenos ciudadanos soviéticos. Entre ese grupo estaba Solzhenitzyn. El cerco del KGB se iba estrechando y los "invisibles" y el escritor debían extremar las precauciones. Normalmente, cuando se reunían nunca hablaban de los planes a futuro, es decir, nadie decía voy a ir tal sitio o tal otro, vamos a hacer tal cosa o tal otra. Lo habitual, según nos indican el mismo escritor y sus camaradas invisibles, Solzhenitzyn solía llamar por teléfono avisando que se dirigía a casa de una de las colaboradoras (las conversaciones telefónicas estaban prohibidas entre el grupo, el secretismo era mayúsculo), éste al llegar no llamaba al timbre, para anunciar su llegada daba unos golpes en la pared entraba y empezaban a trabajar. Las mujeres solían escribir a máquina sus textos. Por ejemplo, él solía decir, "tengo 13 minutos" y al transcurrir ese tiempo recogía lo elaborado y se marchaba, según las mismas colaboradoras explican. Nunca hablaban de lo que estaban haciendo por si la policía secreta escuchaba y si él quería decirles algo lo escribía en un papel y luego lo quemaba, explicó Liuscha en una entrevista para un documental de la cadena Canal Historia.
En 1965 el KGB ya pisaba los talones de Solzhenitzyn encontrando un manuscrito del libro que el autor había escondido en casa de un amigo. Ya no podía continuar en Moscú y tenía que marcharse, esconderse en algún lugar donde poder acabar la obra. Solzhenitzyn no quería que Archipiélago Gulag acabara en manos del KGB y gracias a la ayuda de un antiguo compañero de celda, Arnold Susi, un estonio que tras la publicación de Un día en la vida de Iván Denísovich, consiguió ponerse en contacto con el escritor y ofrecerle su ayuda. Fue así como acabó en Estonia, en un apartado paraje en el campo fue donde Solzhenitzyn pudo acabar tranquilamente Archipiélago Gulag. La hija de Arnold, Heili Susi fue quien lo atendió y ocultó, le traía alimentos y se preocupó por su bienestar mientras la obra iba llegando a su fin. Cada día lo veía en la "dacha" en la que trabajaba y se llevaba los escritos para esconderlos. Estuvo así durante los inviernos de 1965, 1966 y 1967. En 1968 el libro ya estaba preparado para ser escrito de una pieza, es decir, los invisibles se reunieron junto a Solzhenitzyn en la pequeña casa de campo que el escritor tenía a 80 km de Moscú, todos trajeron los fragmentos que poseían del libro y empezaron a pasarlo completamente a máquina. Era la primera vez que todo el texto de Archipiélago Gulag estaba en una misma habitación. Los "invisibles" se pusieron manos a la obra y pasaron a máquina los tres tomos de Archipiélago Gulag haciendo cuatro copias. Nadia Levistkaia fue la responsable de llevarlo al encuadernador, alguien de confianza para después distribuir las copias entre personas del entorno de Solzhenitzyn.
"Si escribo este libro es sólo por el sentido del deber, porque se me han acumulado demasiados recuerdos y demasiados relatos entre las manos y no puedo echarlos a perder. No espero verlo impreso en ninguna parte, tengo pocas esperanzas de que sea leído por los supervivientes del archipiélago, no creo en absoluto que explique la verdad de nuestra historia en un momento en el que aún sea posible recuperar algo", nos dice Solzhenitzyn en su Archipiélago Gulag.
Como veremos en la segunda parte de este artículo el libro sí llegó a ser publicado y se convirtió en uno de los grandes acontecimientos de su momento, pero ¿cómo llegó a occidente el texto? Daremos respuesta en la última parte de este artículo.
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