Francesc Ferrer i Guàrdia en 1909. Uno de los más importantes pedagogos catalanes |
El modelo que salió del trabajo de elaboración tuvo un claro aire centralizador por el que el sistema pretendía homogeneizar la enseñanza incapaz de adaptarse a las necesidades culturales, lingüísticas e históricas de las distintas regiones españolas. Por otra parte, la dotación económica que le fue concedida fue siempre escasa, por lo que se convirtió en un sistema ineficaz que mostró un mayor interés por el control del modelo que por la eficiencia.
Esta situación condujo a algunas regiones, como fue el caso de Cataluña entre otras, a que aparecieran escuelas privadas, generalmente eran iniciativas de congregaciones religiosas, aunque también las hubo de otros grupos sociales.
En 1833, el régimen liberal existente implantó un nuevo sistema educativo que apoyado por la ley de Moyano de 1857, el sistema educativo español quedó constituido. Pero las deficiencias eran numerosas y algunas escandalosas. Una sociedad machista como la española del siglo XIX no entendía que las niñas debían tener las mismas posibilidades que los niños en materia de estudios, por lo que éstas, sufrieron una discriminación importante al ser consideradas como un objetivo secundario, primero estaban los niños. Ellas se fueron incorporando a la enseñanza, pero lentamente.
Acabado el siglo XIX, el sistema estaba completamente agotado como consecuencia de sus deficiencias. Por un lado, estaba el afán castellanizador que impedía el progreso de las distintas regiones españolas, por otro, unos métodos anticuados y unos contenidos de las asignaturas que no guardaban relación con las necesidades de aquel momento. Cierto es que España tenía en aquellos tiempos una población todavía de base rural, pero en algunas ciudades del país, principalmente en Barcelona, la industrialización avanzaba intensamente. Además, a estos graves problemas del sistema educativo español había que añadirle la dificultad que tenían muchos segmentos de la sociedad para conseguir financiar el estudio de sus hijos. En definitiva, que a principios del siglo XX, la población española analfabeta continuaba siendo mucha. Por poner un ejemplo, en el 1903 el 42% de los ciudadanos eran analfabetos (siendo el 33% de los hombres y el 50% de las mujeres) lo que confirma el fracaso del modelo educativo. Por otra parte, más del 23% de los niños con edades comprendidas entre los cinco y los doce años no estaban escolarizados.
Francesc Ferrer i Guàrdia siendo detenido |
Como suele ocurrir, las clases pudientes, burguesía y otros segmentos sociales adinerados, encontraban sus propias soluciones, pero la población obrera carecía de recursos y los niños no podían hacer más que ir a trabajar a las fábricas que estaban situadas en el Raval. Esta situación de debilidad condujo a la creatividad y a la búsqueda de soluciones, fue así como aparecieron las escuelas obreristas.
Estas escuelas se formaron con el fin de instruir a los más débiles, a los
que no tenían acceso a la educación y realmente funcionó. Hubieron muchos
maestros y educadores de renombre, pero el más laureado y conocido
internacionalmente fue Francesc Ferrer i Guàrdia, fundador de la Escola Modernaen Barcelona el año 1901. Sus ideales, crear una escuela racionalista y abogaba
también por la coeducación. El éxito del proyecto fue incontestable y pronto
fueron numerosos los alumnos que estudiaban en la Escola Moderna. En poco
tiempo alcanzó la cifra de más de mil alumnos y treinta y cuatro centros
escolares, gracias al tremendo prestigio intelectual que consiguieron. Las
clases altas no la veían con buenos ojos al considerarlas un nido de
terroristas y anarquistas.
Traducción del trabajo de Francesc Ferrer i Guàrdia al inglés. Una muestra de la relevancia que alcanzó en Europa su pensamiento acerca de l´Escola Moderna |
Otros proyectos educativos fueron surgiendo, un buen ejemplo fue el de la Escuela Horaciana, fundada por Pau Vila. El sistema educativo de esta escuela huía de los preceptos racionalistas que defendía Ferrer, pero sí coincidían en defender la coeducación. El lema era ensenyar divertint y estaba destinada a las clases populares.
Al abrigo de este tipo de iniciativas nació un movimiento conocido como l´Escola Nova, conocido también como educación activa, escuela del trabajo, educación funcional y escuela progresista. Su aparición se debió a la asociación de varios grupos sociales procedentes de segmentos sociales distintos. Entre ellos habían burgueses, maestros públicos, obreros, nacionalistas de izquierda y algunos más. Esta iniciativa pretendía crear un sistema educativo que recuperara la lengua y la cultura propias. Lógicamente, este movimiento obtuvo el apoyo de las autoridades catalanas y tuvo alcance internacional, porque llegó a ser un modelo educativo en el contexto europeo.
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