martes, 31 de julio de 2012

Hoy hace 36 años que Nadia Comaneci consiguió el primer 10 en gimnasia

Nadia Comaneci con el 10 a su espalda tras realizar el ejercicio.
El marcador no podía escribir cuatro dígitos, por ello aparece 1.00
Los Juegos Olímpicos de la era, así como otrora también en la era clásica, han dado grandes mitos a los que las nuevas generaciones de deportistas intentan imitar para alcanzar la gloria. Asimismo, algunos de estos juegos compiten entre ellos por ser los mejore, los más recordados y en muchas ocasiones lo son porque han sido el escenario de alguna hazaña llevada a cabo por alguno de ellos. Sin duda, los Juegos Olímpicos de 1976 celebrados en Montreal son uno de esos y la responsable de ello fue la gimnasta Nadia Comaneci.
Montreal, 18 de julio de 1976, Nadia Comaneci tiene sólo 14 años y participa por primera vez en unos Juegos Olímpicos representado a su país, Rumanía, en la disciplina de gimnasia. Se trata de toda una desconocida, aunque en su país ya se habían dado cuenta del enorme talento con el que contaba. La niña de mirada dulce, se dirige hacia donde están situadas las barras asimétricas, no parece nerviosa, aunque la profesión se lleva por dentro. Comienza el ejercicio, todo va bien, sus precisos movimientos adquieren una velocidad vertiginosa, mientras su cuerpo gira y gira por las paralelas formando bellas formas que finalizan con una extraordinaria salida que clava a la perfección. Se la ve satisfecha y abandona la zona para reunirse con su grupo. Los jueces deliberan para poner nota al ejercicio. El estadio enmudece, pero de repente un grito de admiración al unísono de miles de personas congregadas para ver el espectáculo estalla y Nadia sabe que la han puntuado con un 10. Nunca antes había sucedido, pero la jovencita gimnasta, con un desparpajo natural y encantador vuelve al escenario para saludar al público y agradecer el aplauso y los oes de admiración. Irónicamente, el marcador señalaba una nota de 1.00, no estaba preparado para marcar un número con cuatro dígitos.





Nadia Comaneci conquistó esos juegos, fue la protagonista, no sólo por lo que ganó que no fue poco, fueron tres medallas de oro en esos juegos (cuatro años más tarde ganaría dos en Moscú), también se la recuerda por su simpatía, la alegría y naturalidad infantil que mostró en la competición que pusieron el mundo a sus pies.

Según recientes declaraciones, todavía se estremece cuando ve el vídeo de su 10 "Fue uno de los momentos que marcaron mi vida. Tenía entonces 14 años y no comprendía bien lo que era haber conseguido un 10, una calificación perfecta".


Tras sus logros deportivos la fama le llegó, tal vez muy temprano, pero incluso hoy exhibe esa dulzura infantil y una mirada intacta de esperanzas, que fue la que le ayudó a conseguir lo que hizo y añade  "Estoy orgullosa de ser parte de la historia, de todo lo que se recuerda de mí. Cada cuatro años me doy cuenta y sigo asombrada de que mucha gente se inspira en mí para alcanzar sus metas y aunque fue ya hace mucho tiempo que las conseguí"


La niña 10, como pasó a ser nombrada, sabe que todavía nadie ha repetido su 10, pero está convencida que alguna gimnasta lo logrará tarde o temprano, la "gimnasia sigue siendo igual" afirma y "confío en que en algún momento regresará con alguien que pueda hacer las cosas mucho mejor que yo".





















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